Una canción dándote vueltas

Cuando hay una canción dándote vueltas por la cabeza ya no eres consciente de ti mismo. Cuando tienes puesto esos auriculares a todo volumen a punto de quedar sordo pierdes la noción del tiempo. Nos trasladamos fuera de nosotros -por lo tanto también nos quita del espacio- y explotamos. Dejamos etiquetada esa melodía en nuestro cerebro junto a alguna imagen de referencia, para que vuelva a ser encontrada. Serán nuestros recuerdos cuando envejezcamos y las imágenes se las lleve el tiempo. En algún momento esos pensamientos volverán a activarse por lo tanto podemos mandar un mensaje a nuestro mismísimo futuro con el poder de una canción. Muchas veces lo hacemos sin darnos cuenta. Cuando se nos viene una canción de la nada y se nos instala en el subconsciente para que la repitamos a cada rato. Es mi punto de vista. Obviamente sin quitarle el mérito a los artistas que la representan, a sus estribillos. Y a ese épico encuentro entre el talento y el instrumento musical.